domingo, 10 de julio de 2011

Una buena velada...

Mientras escribo estas palabras, la chicharra (como aquí la llamamos), canta desesperada, hace calor; ahora sí es verano, por que ya, ella, canta y canta.
Anoche despedimos la Feria de la Tapa, hasta el año que viene.
Fué una velada encantadora que terminamos donde empezamos, "Chiringuito el Teo".
Han sido noches muy animadas, llenas de gente a la luz de los farolillos (antorchas en algunos casos), donde hemos podido cenar, tomando algunas tapas, Bacalao a la Vizcaína, Ternera en Salsa, Morcilla a la Brasa, Pollo con langostinos, carrillada en salsa, tortillitas de camarones, choriqué, brochetas, etc... y muuuchas más.

Bueno, después de unas ricas tapitas, nos fuimos de concierto. Por la mañana anunciaban en un periódico local la actuación de un grupo que tocaba música del oriente medio y magreb, así, que organizamos la agenda y fuimos a verlos.
Me gusta la música étnica, y especialmente este tipo de música y si tenemos en cuenta que este verano no podremos viajar muy lejos, y que en esta ocasión son otras personas las que viajan y vienen, a visitarnos y a regalarnos un trocito de su tierra, no podíamos perder la oportunidad de verlos.                                                                                                                                   
El grupo actuaba en el patio del ayuntamiento, un lugar, sin duda con encanto (alzado en un antiguo convento), así que allí fuimos, a escuchar buena música y a dejarnos llevar por el sonido hipnótico de sus instrumentos.
Así, en un íntimo ambiente, armados con abanico en mano, nos dejamos llevar por estos ritmos tan lejanos, tan cercanos... Cuando era pequeña vivía en una gran casa. En la planta de arriba, había una terraza, con barandilla de ladrillo visto, y el jazmín que crecía en el patio de abajo, abrazaba dicha barandilla. Como a otros niños, me gustaba jugar a hacer una cueva; una vieja sábana, era suficiente para hacer realidad mis sueños, solo había que atarla por los extremos, y voilá...Me llevaba la vieja radio que tenía mi padre (de esas que van a pilas y tienen una ruleta para cambiar el dial. Él, solía ponerla debajo de la almohada y escuchaba las noticias de la noche, desde mi cuarto podía oir, las peculiares campanadas "boooiiiiinnnnggg" que hora tras hora emitía y creo que aún emite la cadena ser), y me gustaba pasar el rato, girando la ruleta y sintonizando música árabe e imaginando cuentos de las mil y una noches... 
          
P.D. Tenía preparado unos videos del concierto, pero mi desconocimiento en estas tecnologías, me han impedido publicarlos, tal vez en otro momento.

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