domingo, 28 de agosto de 2011

Ensalada Malagueña



Ingredientes para 2 raciones:
2 Naranjas.
2 Huevos.
2 Patatas.
Una cebolleta.
Algunas aceitunas.
Un trozo de bacalao.
Sal, aceite y vinagre.

Preparación:
Hemos de cocer tres de los ingredientes, con tres tiempos distintos:

En primer lugar, le toca el turno a las patatas. Las pondremos enteras durante unos 30 minutos, en abundante agua con sal. Pasado este tiempo, pinchamos con un cuchillo para comprobar que está bien hecha o necesita más tiempo. Cuando esten cocidas, templamos, pelamos y cortamos en rodajas.

Por otro lado cocemos los huevos (10 minutos a partir del primer hervor, yo suelo añadir sal y vinagre al agua para evitar que se rompan, también los pongo desde el agua fría con la misma finalidad, aunque a veces es inevitable que se rompa alguno). Cuando estén cocidos, templamos, pelamos y cortamos en cuartos.

Y finalmente, el bacalao (yo he utilizado el congelado) que una vez descongelado, pongo a hervir 5 minutos. Una vez cocido, lo dejamos templar y separamos en láminas.

A continuación, montamos la ensalada:
Ponemos rodajas de patata, de naranja, el huevo en cuartos, tiras de cebolleta, las aceitunas, el bacalao y aliñaremos con sal, aceite y unas gotas de vinagre.



Una rica ensalada, ideal para cualquier estación del año, que se puede servir tanto de primer plato, como para compartir en el centro de la mesa.


lunes, 22 de agosto de 2011

Bizcocho Genovés



Hola a tod@s, después de un pequeño descanso veraniego, retomo de nuevo mi actividad en el blog, (si habeis visto la anterior entrada, podeis imaginar donde he estado los ultimos días)
Ya de vuelta, me gustaría dejaros esta receta, que es todo un clásico en el mundo de la repostería.

Se trata de una sencilla plancha de bizcocho, "Bizcocho Genovés" que sirve como base, para realizar infinidad de tartas y postres. Su textura es suave y esponjosa, su sabor dulce. Un bizcocho, que por sí sólo, puede hacer que una merienda, sea deliciosa.

Si lo que deseamos es hacer una tarta, se suele empapar de almíbar y alternar capas de crema que haremos a nuestro gusto (nata, crema pastelera, trufa...)

Si lo que deseamos hacer es, un brazo de gitano, debemos darle forma sobre el papel vegetal, una vez salga del horno, cuando aún está caliente (así va adoptando su forma final sin romperse) para luego desenrollar, poner la crema y volver a enrollar definitivamente.


(El brazo de gitano es una buen ejemplo de tarta rápida y sencilla)

Ingredientes para una plancha:
4 huevos
120 g azúcar
1 cdta azúcar vainillado
120 g harina de repostería
1 pellizco sal


Preparación:
Primero ponemos el horno a calentar a 180º.
Batimos los huevos con el azúcar, hasta que monten.
Vamos agregando la harina con sal y mezclamos con movimientos envolventes.
Vertemos sobre la placa del horno, donde previamente hemos puesto papel vegetal, extendiendo bien sobre toda la superficie.
Horneamos aproximadamente 10 minutos a 180º.
Ya está el bizcocho acabado, ahora sólo falta dejar enfriar, empapar en nuestro almíbar favorito, preparar una buena crema para rellenar y decorar a nuestro gusto.

Preparación con tmx:
Primero ponemos el horno a calentar a 180º.
A continuación ponemos la mariposa en el vaso y echamos los huevos, con el azúcar vainillado.
Programar 6 minutos, 37º, a velocidad4.
Cuando termine, ponemos otra vez 6 minutos a vel 4, pero esta vez sin temperatura.
Se va añadiendo ahora la harina y la sal alrededor de la mariposa y ponemos 4 seg, vel 3.
Retiramos la mariposa y terminamos de envolver con la espátula.
Vertemos sobre la placa del horno, donde previamente hemos puesto papel vegetal, extendiendo bien sobre toda la superficie.


Hornear aproximadamente 10 minutos a 180º.
Ya está el bizcocho acabado, ahora sólo falta dejar enfriar, empapar en nuestro almíbar favorito, preparar una buena crema para rellenar y decorar a nuestro gusto.



La receta pertenece al libro imprescindible de Thermomix.

domingo, 7 de agosto de 2011

Cardenete...(I)

 

 A veces, salíamos muy temprano, otras en cambio, no daba casi tiempo a dormir, entre los nervios (como quien espera la llegada de los tres reyes magos), y que sólo habían pasado unas 3 horas desde que una se metía en la cama...

No sé como conseguían sentarnos a todos en el coche. Maletas, comida..., sobre todo teniendo en cuenta que ellos, (mis padres) nunca han jugado al tetris. Ni más ni menos que nueve en total, de distinto tamaño sí, pero nueve al fin y al cabo.

Las ventanillas abiertas, el eterno fumador no necesitaba  mechero (sólo para el primero de la noche), los iba sucediendo uno a uno, aprovechando el fuego que aún quedaba en la colilla anterior.

Así, de noche, dormíamos la mayoría del tiempo. Con el sonido de los programas de radio de fondo, el fresco propio de esas horas y los faros del coche iluminando casi una por una, las lineas blancas de la carretera.

Recuerdo una quema de rastrojos en una campo cerca de la carretera. En la oscuridad de la noche, entre sueños, el brillo intenso del fuego en aquella llana y extensa pradera, daban paso a un peculiar escenario.

Cuando se iba haciendo de día, no me gustaba perder ni uno sólo de los paisajes de los pueblos que íbamos recorriendo. Los desfiladeros y las vías de tren de Despeñaperros, los molinos de viento en Castilla la Mancha, ¡había un pueblo con un castillo dentro! y una carretera, una larga, recta e interminable carretera, "la carretera de los camiones" (así es como la llamábamos).

Recuerdo especialmente una "parada técnica" (no me preguntéis dónde...) Había una higuera, era un lugar fresco, en medio del caluroso verano y fué allí donde tuve mi primer encuentro con el "petit suisse" de plátano, (aunque no fuera precisamente yo a quien éste iba dirigido), ¡Qué olorcito desprendía! (los mayores de x años, tomábamos yogur clesa, con tapa de aluminio ¿os acordáis de él?)

A veces, también hacíamos un alto en el camino a la altura de Manzanares. Lugar de obligada parada, donde los agricultores del lugar, a la sombra de algún árbol, vendían dulces melones en sus furgonetas.

Otras de estas "paradas técnicas", (a las cuales tengo mucho cariño), fué un pueblo cerca de unos bosques de frescos chopos (aquí ya hablan de otra manera, decíamos), andábamos por tierras de Albacete si no me equivoco. Mi madre, bajó a comprar algo de pan y embutidos, para ir comiendo por el camino. El mejor salami, que he probado en mi vida, nunca he vuelto a probar uno igual, lonchas grandes y finas, tan jugoso que se deshacía en la boca, abrigado con ese pan de pueblo recién hecho, tan calentito y crujiente.
También compraba por la misma zona, unas tortas de manteca buenísimas, esas que tienen una capa de azúcar por arriba y una superficie hundida por los dedos de algún buen repostero.

Cuando pasábamos la señal que nos avisaba de que íbamos a entrar en la provincia de CUENCA, el paisaje cambiaba radicalmente. Extensos campos de pino ocupaban todo el horizonte, como un mar verde de distintas tonalidades. Un olor peculiar, a tierra, bosque de pinos, romero y lavanda, inundaba todos mis sentidos.

Entre canciones, saludos a los camioneros que nos seguían la pista, cosas curiosas y anécdotas, íbamos pasando hora a hora el camino. Sin embargo, eran inevitables las típicas preguntas ¿Cuanto queda? ¿Hemos llegado ya? que nuestros padres con toda la paciencia del mundo, iban sorteando entre toros "Osborne", botellas "Tio Pepe", molinos, montañas, puentes, pueblos curiosos (aquí es donde hacen las guitarras "Casasimarro", éste es el pueblo del queso "San Clemente" etc.)... muchas horas, cansancio y emoción, hasta nuestro soñado Cardenete.

Ya entramos en Paracuellos, sólo faltaba bajar una sinuosa, estrecha, y retorcida carretera rodeada de pinos, que bajaba hasta Yémeda (a veces, cruzaba los dedos para que nadie viniera de frente).
¡Al fin! allí abajo se ve el viejo y sulfuroso balneario: sigue abandonado. Justo enfrente, cruzando la carretera, nuestro oasis particular, la fuente con su pilón. Nos bajábamos, tomábamos un refrigerio y nos aseábamos y refrescábamos un poco, ya sólo quedaban tres kilómetros.
Mientras, observamos el balneario desde la fuente, dejábamos volar la imaginación: ¿de quien será? ¿porqué no lo arreglaran y dan un poco de vida a esta zona? "si me tocara la lotería ,lo arreglaríamos y tendríamos todos trabajo en él".

Por fin montamos de nuevo en el coche, solo faltan tres kilómetros. Y allí, a lo lejos, ya se ve el cartel: "CARDENETE".
Primera parada, "la granja del tío Juanjo".

(Mientras termino de escribir este borrador, no puedo evitar, algunos preciosos recuerdos y algunas lágrimas brotan de mis ojos. Gracias papá, donde quiera que estés, sé libre y feliz. Mándale un beso y un fuerte abrazo a mi hermana que tanto nos divirtió y cuidó en estos viajes, ella que nació en este maravilloso lugar...)


lunes, 1 de agosto de 2011

Cheescake Blueberries Ice Cream




...O lo que es lo mismo, helado de tarta de queso de arándanos azules.
Hace tiempo que estoy probando a hacer distintos tipos de helados, y aunque este es el primero que llega al blog, he experimentado gratamente con varios sabores (fresas, limón, frutas del bosque, vainilla, turrón, etc) y he de reconocer que de todos ellos, me quedo con este de tarta de queso, sin dudarlo, por su sabor y su cremosidad.
La textura suave de la crema de queso, con la mermelada de esta pequeña y dulce fruta del bosque, se va deshaciendo en la boca lentamente, hasta que un inesperado trocito de galleta en forma de crocanti, rompe esta armonía para crear el trío perfecto: Queso dulce y cremoso, mermelada de arándanos azules y galleta crujiente a modo de crocanti... que más podemos pedir.


Ingredientes 8 porciones:
300 gr. de queso para untar (tipo philadelphia)
200 gr. de nata para montar
100 gr. de leche evaporada
2 claras de huevo
100 gr de azúcar invertido (o 150 de azucar glass)
50 gr de azúcar glass
40 gr de mantequilla
6 galletas tipo Maria
4 cdas de mermelada de arándanos


Preparación:
Primero metemos las galletas en una bolsa y las machacamos en el mortero.
Vertemos en un bol.
Derretimos la mantequilla en el microondas unos segundos, echamos junto a las galletas y mezclamos.
Reservamos en el la nevera.


 

A continuación, hacemos por el siguiente orden:
Montamos las claras y reservamos (Con la mariposa una pizca de sal, una gota de limón, Velocidad 3 y medio y temperatura 37º), apartamos en un bol.
Montamos la nata (Con la mariposa a velocidad 3 y medio estar pendiente de que no se pase), apartar en el bol donde está el merengue.
Mezclamos el queso, la leche el azucar invertido y azucar glass, apartar en el bol donde está la nata.
Mezclamos todo con la barilla en el bol.

El azúcar invertido que veis es casero, lo hice hace tiempo para la elaboración de helados, ya que potencia el dulzor y ayuda a que el helado no cristalice tanto.

Azúcar invertido
Verter el contenido en un par de friambreras y meter en el congelador al menos tres horas.

Vertemos sobre dos fiambreras

Pasado este tiempo, sacamos del congelador y mezclamos todo el contenido. Añadimos las galletas, la mermelada y mezclamos bien. Metemos de nuevo al congelador hasta que lo vayamos a utilizar.

Ponemos la mermelada, mezclamos
y volvemos a congelar



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