¡Hola a tod@s!
Después del torbellino que supone cada año el inicio escolar, retomo otra vez mi actividad en el blog, y empezamos con esta receta que me encanta por su sabor, por su textura suave y cremosa, además de su simplicidad, como ahora veréis.
Me encantan los flanes caseros sean como sean, y si forman parte del menú para el almuerzo del domingo, mejor aún. Le da a este día festivo, un toque especial poniéndole así, la guinda al pastel. Me resulta entrañable ese momento en familia, en el que todos saltan de alegría al saber que lo que hay de postre y me trae bonitos recuerdos de mi niñez como por ejemplo cuando veía con mis hermanos esta serie: "La casa de la pradera" seguro que los de mi quinta, aún os acordáis.
Ingredientes:
Seis huevos pequeños
360 gr de leche condensada
500 ml de leche
Preparación:
En primer lugar, encenderemos el horno a 180º.
A continuación, se mezclan todos los ingredientes en la batidora y echamos sobre un molde en el que previamente hayamos puesto caramelo (para ello derretimos azúcar en un cazo y cuando tome color tostado, echamos en el molde).
Metemos el molde en una fuente cubierta con dos dedos de agua (es decir, al baño María)y tapamos el molde con papel de plata.
Horneamos a 180º aproximadamente 30-40 min.
Dejamos enfriar y luego metemos en la nevera.
*Consejo: Si haces el flan de un día para otro, estará más consistente y rico.
Espero que os guste!!
