A veces gana lo simple.
Ese tipo de simplicidad que hace descubrir la felicidad detrás del primer bocado.
A veces, no es necesario complicarse demasiado para estar a la altura.
Este plato es sencillo y exquisito a la vez.
Reconozco que la espinaca es una de mis verduras favoritas, ya no solo por su sabor, sino por la versatilidad con la que se trabaja, podemos hacer muchísimos platos con ella.
Si tuviera que darle algún tratamiento, sería de Doña, pues es toda una señora, con un traje verde oscuro elegante y prudente. Su sabor te atrapa sutilmente como el embriagador jazz de fondo, al más puro estilo "años veinte". Dale al play y déjate llevar...
Ingredientes:
2 bolsas de espinacas
Un cebolla pequeña
Medio paquete de beicon ahumado.
Bechamel
Un puñado de tu queso favorito (uno que funda bien)
4 huevos cocidos, para acompañar
Preparación:
Se pica la cebolla y se va rehogando, cuando esté a medias de hacer, incoporamos el bacon y finalmente las espinacas.
Dejamos pochar unos 10-15 minutos y cuando estén listas (reducidas de agua), añadimos la bechamel y el queso rallado.
Rehogamos unos minutos más y listo.
Espero que os guste!